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¡Hola a todos y a todas!

Somos estudiantes de 4º de Pedagogía, y hemos creado este blog para ver cómo la utilización del cine como instrumento de formación en valores dentro y fuera de las aulas, estimula la capacidad crítica del alumno, al tiempo que refuerza su conocimiento cultural.

“La alfabetización es más, mucho más que leer y escribir. Es la habilidad de leer el mundo, es la habilidad de continuar aprendiendo y es la llave de la puerta del conocimiento” (Paulo Freire, pedagogo).

jueves, 30 de diciembre de 2010


SOBRE EL CINE Y LA ENSEÑANZA.


Sobre el cine y la enseñanza

“Cuando las artes nos conmueven de una manera genuina, descubrimos lo que somos capaces de experimentar” 

Elliot Eisner, El arte y la creación de la mente

Entendemos al cine como una práctica privilegiada de la cultura contemporánea. Un film está constituido por un gran número de imágenes fijas, llamadas fotogramas, dispuestas en serie en una película transparente que, al pasar rápidamente por un proyector, da origen a una imagen ampliada y en movimiento.

“El juicio de Nuremberg” (1961)
“El diario de Ana Frank” (1959)

El cine produce un discurso: el discurso cinematográfico, fundado sobre el lenguaje de la imagen en movimiento que se concreta en una película y se convierte en objeto de otros discursos que lo explican, lo evalúan, analizan y critican.
En tanto se habla del cine en la conversación cotidiana, se transforma al cine en espectáculo. Éste fue definido como arte ya en 1911 por Ricciotto Canudo, uno de los primeros teóricos del campo del cine. La estética del cine es el estudio del cine como arte. Implica una concepción de lo bello, el gusto, el placer. La aparición del cine es de fines del siglo XIX como “atracción de feria” destinada a atraer y entretener al público.
Ya desde sus comienzos, pero especialmente desde el final de los años 1910 y 1920, se diferenció de las ideas de simple comercio al recibir la influencia de las vanguardias artísticas: el expresionismo alemán, el futurismo, el surrealismo, movimientos artísticos que impactaron en las maneras de hacer y producir discursos cinematográficos. Si en su origen el cine mudo se asemejó y diferenció del teatro, su desarrollo lo fue vinculando con la plástica y la música.
El afianzamiento del desarrollo fílmico se produce por la producción emanada en Hollywood, Estados Unidos, a fines de la Primera Guerra Mundial. La sociedad de masas empezó a copiar a las estrellas cinematográficas como modelos y generadoras de modas. Se despliegan adaptaciones cinematográficas de obras literarias y se alienta la industria discográfica a partir de la música de las películas. Podemos entender, desde esta perspectiva, al cine como industria cultural del espectáculo. Se la asocia a la televisión porque comparte con ella el modo de percepción pero, se diferencia por el espacio de recepción, en tanto en el cine el espacio es público y en la televisión es privado.

“El pianista” (2002)
“El nombre de la Rosa” (1986)

En la medida en que el cine es un medio de comunicación en el que se trasmite un mensaje, podemos reconocerlo privilegiadamente como medio potente para la enseñanza. Concebido como medio lo inscribimos en el campo de la Tecnología Educativa entendiendo que este campo es un cuerpo teórico disciplinar en el que se inscriben propuestas de acción para la enseñanza, que incorporan todos los medios a su alcance para la prosecución de los fines de la educación, en los diferentes contextos sociohistóricos que le otorgan significación. Desde esa perspectiva, el cine será utilizado en el aula, serán resignificadas sus propuestas y mensajes en el marco de los objetivos de las diferentes acciones docentes, acordes con los fines y en los contextos tanto curriculares como sociales y culturales amplios.
Reconocemos que la incorporación de medios refiere tanto a los creados para ese fin como los que se utilizan en la escuela pero no fueron concebidos para ella. Los filmes constituyen un claro ejemplo de producciones creadas para otros fines pero que pueden ser utilizadas en la escuela. Su visualización puede ser en las aulas gracias a los videocassettes que las reproducen o asistiendo con los estudiantes a las salas de cine. En todos los casos se reorganizan las tareas dado que seguramente los tiempos de visualización no se corresponden con las jornadas de clase.
Con el objeto de analizar las características de este medio, el sentido de su utilización, los límites y posibilidades es que abrimos este nuevo capítulo para el análisis. 

¿Por qué el cine es un medio potente para el trabajo en el aula?
La búsqueda de los maestros, en las clases, por hacer memorable la información, ha llevado a acudir a representaciones diferentes, imágenes, gráficos, relatos diversos en forma de narrativas. Estas representaciones, imágenes o relatos se encuentran en fuentes diversas. El cine es una de ellas y en él se inscriben, en ocasiones, propuestas maravillosas. En general, las películas nos cuentan una historia y por ello, nos permiten seguramente tender puentes para favorecer nuevas comprensiones en relación con los fines educativos. Las historias que nos cuentan constituyen maneras fructíferas para entender otras historias similares, análogas o diferentes. Esto hace que sean muchas las maneras de utilizar ese medio. La más simple refiere al medio como fuente de contenido y comprensión. Se trata de recrear o reconstruir simplemente la narrativa o historia que contempla entendiendo la pertinencia del contenido inserto en la narrativa del film. Es el contenido valioso desde la perspectiva curricular.
El tratamiento de la imagen que enriquece y potencia la comprensión temática hace que cuando esas películas están a nuestro alcance reconozcamos el privilegio de haberlas obtenido. En algunas ocasiones, pero siempre en la misma perspectiva, encontramos que es una parte del film y no todo pero siempre es el reconocimiento del producto y su correspondencia con un tema del curriculum.
“Mefisto” (1981)


“La lista Shindler” (1994)

Por ejemplo, en el caso del Holocausto son numerosas las películas que abordan esta temática: “La lista Shindler” (1994), “El diario de Ana Frank” (1959), “El pianista” (2002), “El juicio de Nuremberg” (1961). Desde esta perspectiva, el tratamiento de un tema que la película instala y narra, la relación del arte con la política está admirablemente expresada en: “Mefisto” (1981). La reconstrucción de una época, la Edad Media en “El nombre de la Rosa” (1986).


También los films pueden permitirnos la instalación de un tema de manera potente. Nos sirven, tal como sostiene Howard Gardner, de una maravillosa puerta de entrada a un tema. Si reconocemos que las puertas de entrada pueden ser, entre otras, estéticas o narrativas, los films pueden cumplir ambas funciones. La tolerancia a posiciones diversas, la libertad de expresión en el marco de las ideas darwinianas puede ser introducida por “Heredarás el Viento” (1960), introducir la vida de Domingo Faustino Sarmiento puede hacerse con “Su mejor alumno” (1944), si el tema es la introducción de Shakespeare: “En Busca de Ricardo III” (1996).


En otras ocasiones, los films pueden sernos útiles para generar la comprensión de un tema a partir del análisis y la crítica. Se trata en estos casos de una propuesta de traspaso. G. Jaquinot llama a esta perspectiva pedagogía del transporte. “The Matrix” (1999) nos permite entender una representación del futuro que vincula posiciones controvertidas respecto del lugar de la tecnología en el desarrollo, “La naranja mecánica” (1971) el lugar de la violencia en la sociedad contemporánea, “The Truman Show” (1998) el poder de las multinacionales, la fuerza del individuo y el sentido de la vida.
“The Truman Show” (1998)


“The Matrix” (1999)
“La naranja mecánica” (1971)

En cualquiera de los tres sentidos con los que inscribimos a los medios en relación con la enseñanza, ya sea como fuente de contenido y comprensión, puerta de entrada, o traspaso y transporte pedagógico, las edades diferentes y los niveles de enseñanza nos aconsejan la pertinencia de uno u otro film para favorecer las comprensiones.
En más de una propuesta de enseñanza hemos seleccionado obras de soporte diverso por su valor intrínseco. A veces no encontramos correspondencia con el currículum directa o indirectamente. No podemos tampoco referirnos a su carácter de puerta de entrada. No obstante constituyen genuinas obras de arte de una época. Suelen ofrecer una ruptura con el género en el que se inscriben y provocan una nueva categorización. Otras veces son auténticas obras de autor que responden a una manera de producción y creación personal. Son los profesores quienes reconocen su valor moral, su carácter de ejemplaridad, el conflicto que proponen o la visión del mundo y por eso las eligen para el aula. Así como cada uno de nosotros tiene la novela que lo deleitó, la poesía, la obra de teatro, el cuadro preferido, y aquello que lo emociona, es en esa emoción que se comparte con los estudiantes donde la enseñanza cobra fuerza y es dotada de humanidad

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